II
En algún momento recobre el conocimiento. Me encontraba aún el estacionamiento de la universidad, pero estaba rodeado de escombro, nada tenía sentido. Escuche los gritos de una mujer, así que me levante y la vi recargada en un automóvil abandonado a unos metros de donde me encontraba yo. Ella debía tener unos 30 años, era delgada y vestía unos pantalones blancos junto con una blusa amarilla salpicada con sangre, cabello rubio y liso a los hombros y ojos color verde pálido. Estaba abrazando el cuerpo sin vida de un niño pequeño, que al parecer había sido atropellado. Al acercarme un poco más me pidió que no le hiciera daño, que la dejara en paz. Entendí que creía que era uno de esos cuerpos reanimados de los cuales solo podía suponer estaban siendo manipulados por la luz extraña de hace un rato. Le explique que nada tenia que ver yo con lo sucedido y que le ayudaría a salir de el lugar. Ella besó la frente de su hijo y lo recostó en el suelo con los brazos cruzando su abdomen, se despidió de él y nos pusimos en marcha en búsqueda de mas sobrevivientes y de algún automóvil que aun funcionase.

La salida principal del estacionamiento donde nos encontrábamos era ahora inaccesible ya el suelo se había desplomado.
Carter, nuestro conductor, creía que la única forma de escapar sería por el segundo piso, ya que conectaba con un segundo edificio de estacionamiento que al parecer aun no entraba en la fase de transformación.
Anduvimos por la primer planta del estacionamiento sorteando escombros, autos y cadáveres hasta llegar a la rampa que conectaba con el piso de arriba, pero de pronto el suelo en donde andábamos dio un movimiento brusco y la rampa comenzó a aumentar su nivel de inclinación hasta que la camioneta no pudo continuar y terminó volcandose.
Cuando desperté, la camioneta estaba sobre su lado derecho, justo donde me encontraba yo. Tenía un dolor insoportable en la cabeza, los oídos me zumbaban y manaba sangre del izquierdo. Busqué a Angela pero solo encontré su bolso. Carter estaba a unos metros, se arrastraba por el suelo y noté que sus piernas estaban deshechas. Quise salir de la camioneta pero el asiento del piloto estaba presionando mis piernas y no podía moverme.
La vista se me nublaba y cada vez percibía menos sonidos, volví a buscar a Carter con la mirada pero ya no lo encontré. Creí ver luces de ambulancias o bomberos que brillaban en lo que quedaba de la estructura.
Desperté.
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